lunes, 11 de junio de 2012

Relato 4 de Joaquín Jáuregui


Relato 4 de Joaquín Jáuregui 


- Hola, soy Natalia y vengo del Perú – hace mucho tiempo que no sentía ese calor en el rostro, las manos mojadas por el sudor; Caminó hasta el final de la sala y encontró un puesto vacío.
Mientras caminaba, podía sentir las miradas del resto, los nuevos compañeros, miradas de Hienas hambrientas, las mismas miradas, que le echaron sus cinco hermanas, cuando ganó el año anterior, el premio a la mejor alumna del colegio y se transformó en el orgullo de sus padres, la mismas miradas, que le dieron sus hermanas cuando los padres le regalaron unos hermosos patines por ese premio.
-          Permiso, dice ella con su entonación cantadita, permiso, vuelve a decirle al muchacho de la mesa de al lado, que tiene su mochila en un banco que está vacío.
Cuando se sienta, vuelve a mirar al resto de la sala, y pudo ver las miradas que venían en fila desde el primer sitio hasta la última fila.
Se sintió como en esas películas americanas, que veía de niña, donde siempre hay una víctima.
-          ¿qué hace una peruana en este colegio de Santiago de Chile? – pregunto José María con un tono despectivo, éste era el típico alumno problema, que molesta a todo el mundo y que jamás nadie se atrevía a levantarle la voz.

José María, había tenido una infancia traumática, con mucha violencia en su casa; además, nunca terminaba el año académico, sin que no lo expulsen de algún colegio.
-          pues aquí, llegando del Perú, mi padre es Cónsul de Perú aquí en Chile – responde de manera inocente la chica, Natalia siempre ha sido muy dulce y jamás ha tenido problemas con sus compañeros, ni en los estudios ni mucho menos en conducta.
-          que tu padre es Cónsul ¿ y eso que es?, bueno da lo mismo, lo gracioso es que eres peruana.- hace unos años a José María, lo habían expulsado, de un colegio, por tener problemas con una profesora que tenía algunas dificultades al hablar, ahora sentía que tenía un nuevo material para burlarse.
-          ¿enserio te causa gracia Perú? – pregunta Natalia – si quieres cuando salgamos a recreo podemos ir a tomar una bebida y te cuento cosas de Perú, también si quieren, en verano pueden ir varios a pasar las vacaciones a mi casa de Perú, - dijo con mucha ternura y en señal de amistad.
-          Bueno vale, responde José María, que en ese momento estaba impactado, miles de recuerdos giraron por su cabeza, nunca nadie le había invitado algún lado y mucho menos contarle sus cosas, lo que despertó en él un lado que ni siquiera él mismo conocía  y no le quedó más remedio que decir que sí.
Cuando llegó el recreo, José María tardó en salir, y cuando lo hizo se dio cuenta, que todos los compañeros, estaban rodeando a Natalia, escuchando cosas que contaba de Perú.
José María, sintió un poco de vergüenza al acercarse, así que da media vuelta y se va. Antes de desaparecer, Natalia lo llama.
-          José María, estamos organizando un paseo a mi campo este fin de semana, ¿te vienes? – dijo Natalia mientras todos los compañeros miraban con cara de que jamás diría que sí.
José María, seguía recordando aquellos días, en que no se le consideraba para nada, recordó que su madre, siempre lo dejó solo y no lo dejaba jugar con otros niños. Todo esos recuerdos circularon por su cabeza como un espiral.
-          buen, José María ¿que dices te vienes? – pregunta Natalia.
-          Por supuesto que voy – dice mientras se acerca a sus compañeros para escuchar la historia.

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