sábado, 5 de mayo de 2012

- Relato 2. Ana Vispo Trigo


Gofres belgas

-¿Podemos hablar ahora?- susurra tímidamente Álex mientras termina de recoger las pieles de la fruta que han quedado sobre la mesa del postre.
-¿Ahora? Pero… ¿no habíamos quedado en ver una peli, tranquilos, después de cenar? - contesta Julia mientras trae un bol de palomitas y una botella de Ice Tea fría. Se sienta en el sofá y se cruza de brazos.
-Bueno Julia, tampoco te pongas así- contesta Álex con la monda de un kiwi en la mano.
- ¿Así cómo?- contesta Julia molesta y a la vez frunciendo el ceño.
- Así. Mírate, es una simple película, te estoy pidiendo que la aplacemos. Es tu última noche y quiero que hablemos antes de que te vuelvas a ir- Álex termina tirando la piel de la fruta en la papelera del salón y se sienta al lado de Julia.
- Es que no sé por qué tanto empeño en hablar. Si tampoco tenemos mucho que decir…- Julia se levanta a por dos vasos de cristal.
- Sí, sí que hay- Álex se levanta y sigue a Julia hasta la cocina- Y lo sabes igual que yo. Y joder, deja de moverte y mírame a la cara por favor, te estoy hablando Julia. Tarde o temprano esto va a estallar.
-Joder Álex, otra vez la misma puñetera frase. ¡Va a estallar, va a estallar…! ¿Esto ya lo hemos hablado, no?- Julia sale apresurada de la cocina con dos vasos de cristal. Los deja sobre la mesita, al lado de las palomitas.
-Para ti es muy fácil decir que esto ya lo hemos hablado. Pero para mí no Julia. Te vuelves a ir en menos de doce horas y no sé en qué punto estamos, ni cómo será la próxima vez que nos volvamos a ver, ni tan siquiera sé cuándo será. Sigues creyendo que todo sigue igual entre nosotros por el simple hecho de habernos dicho que a cualquiera de los dos podría pasarle, que ambos lo entenderíamos y que nada cambiaría entre nosotros. Pero no es así.
- Joder Álex, siempre lo mismo. Cada vez que vengo la misma historia. Todos los meses el mismo tema. ¡Estoy harta! Es que no puedes dejar eso a un lado. ¿Tanto te cuesta? ¿Acaso me paso yo diciéndote cada vez que vengo lo bien o mal que están tus historias? Álex, yo no vengo aquí para echarte en cara lo que haces o dejas de hacer en mi ausencia.
- Yo no pretendo echarte nada en cara Julia. Y además… por favor no compares las situaciones- contesta Álex alzando la voz.
- ¿Perdona?- grita Julia.
- Julia no compares tu situación y la mía porque no tienen nada que ver la una con la otra y lo sabes.
- Venga Álex, de verdad, paso, no voy a discutir sobre esto y menos ahora. Es que… ¿qué pretendes con esto?
- No te pongas a la defensiva, simplemente quiero que lo hablemos. Es cierto, siempre saco el tema antes de que te vayas, pero tú nunca me dices nada. Siempre haces lo mismo, indignarte conmigo y negarte a hablar.
- Mira Álex… déjalo ya.  A ver si crees que eres el único que tiene derecho a decir algo. Estoy cansada. ¿Te he pedido yo explicaciones, teléfonos o información de algún tipo de alguna de las tías con las que te acuestas? ¡No! ¿Verdad? Pues  haz lo mismo. O… ¿acaso tengo que recordarte quién sugirió lo de ser una pareja abierta?
- Joder Julia, ¿a qué viene eso ahora?-silencio- Sí que fui yo quien propuso ser una pareja abierta, pero te recuerdo que tú te ibas a Bruselas por cinco meses y da la casualidad que ahora llevas ya un año. Y casi ocho meses con él.
- Álex, ¿y cuál es el problema? Tú llevas acostándote con tías desde el segundo mes que me fui, y ¿pasó algo? No, nos lo contamos, lo entendemos y punto. Ese era nuestro trato, contárnoslo todo. Nada de engaños. Nosotros seguimos juntos, yo te quiero, tú me quieres, ¿dónde está el problema?
- Pero por favor Julia, ¡reacciona! ¿Cómo que dónde está el problema? Julia joder que estás teniendo otra relación mientras estás conmigo. Una cosa es tener deslices
-Continuos-interrumpe Julia a Álex.
- Te estás pasando Julia, pero bueno, pues vale, una cosa es tener deslices continuos y otra muy diferente es estar saliendo con otra persona. Dices que me amas, pero que también quieres a ese chico… Compartes tu vida de allí con él, salís juntos, vais al cine, de compras, a cenar al chino, te lee cuentos, cocina para ti… Y tú me lo cuentas y yo idiota no soy. Me hace feliz saber que no estás sola y que hay alguien que se preocupa por ti cada día, alguien que esté pendiente de ti cada mañana, pero… crees que él te dejará volver así, como si nada. Luchará para que te quedes allí, con él, dentro de tres meses. Luchará por seguir compartiendo su vida a tu lado, hará todo lo posible para demostrártelo. ¿Y tú qué harás? ¿Qué pasará con nosotros, Julia? Tú misma me has dicho que lo quieres. Eso es más que suficiente para poner en peligro nuestra relación.
- Joder Álex, puedes dejar de agobiarme y de estar pensando en qué va a pasar dentro de tres meses por favor- Julia sale molesta del salón, si dirige hacia la cocina. Álex se levanta y va detrás de ella. Julia abre la nevera y busca desesperadamente algo dulce.
- Julia escúchame, por favor. Yo no te reprocho que estés con André, de verdad, pero tengo miedo a perderte. Miedo a que cambies esta vida por la de allí, miedo a que te quedes en Bruselas y no vuelvas- Julia escucha de espaldas a Álex mientras habla. Después de oír “miedo a que te quedes en Bruselas y no vuelvas” cierra la nevera, deja inconscientemente en el mesado una caja de cartón de Belgian Waffle y regresa al salón. Álex se da cuento del olvido de Julia, coge la caja y vuelve al salón. Julia está sentada en el sofá, pero esta vez tapada con una manta.
- Te dejaste los gofres en la cocina- se los entrega a Julia.
- Gracias.
- ¿Los hizo él? – pregunta tímidamente Álex.
- Álex, de verdad, ¿eres masoquista o algo por el estilo? Es que no sé por qué haces ese tipo de preguntas. A veces preguntas cosas absurdas. ¿Te das cuenta?
Álex no contesta.
-Ponte en mi lugar por un momento. ¿Te gustaría que yo te preguntase cuando estamos haciendo el amor, cuál fue la última tía que tiraste en esa cama? O cuando veo en el baño alguna cosa de chica que lógicamente no es mía te preguntase, ¿de quién es eso?
- Julia, déjalo ya. Estás mezclando las cosas, y no sé cómo pero siempre desvías la conversación. Y este no era el tema- contesta bruscamente Álex. Julia se queda perpleja, mirándolo.
- Sí, los hizo él- contesta Julia apresuradamente y le sostiene la mirada a Álex por vez primera en lo que va de conversación. Julia se da cuenta de que no ha estado bien lo que acaba de hacer, sabe que Álex no es esa clase de personas a la que le gustan los desafíos.
- Déjame probar un trozo- Julia le acerca el suyo y Álex muerde la esquina izquierda llena de azúcar glas espolvoreado- ¡Joder, pues si que cocina bien!- sonríe tímidamente y mira a Julia. Ella le devuelve la sonrisa y levanta las cejas.
- Julia, de verdad, para mí esto no es fácil. Yo te quiero, te amo, y tengo miedo, miedo a que te quedes allí. Miedo a quedarme sin ti, a no volver a tenerte a mi lado. Soy consciente de todo lo que allí tienes, nuevos amigos, un trabajo increíble, vacaciones, decenas de oportunidades, contactos, posibilidades de viajar casi semanales, una persona que te acompaña y que está dispuesta y puede seguirte hasta el fin del mundo, André. Pero si me dejas, yo puedo irme contigo a Bruselas. Sé que hace un año no quise, dejé que te fueras sola, iban a ser simplemente-dibuja con los dedos el símbolo de las comillas- cinco meses. Ambos creímos que el tiempo pasaría rápido y que antes de que nos diésemos cuenta estarías de vuelta y volveríamos a vivir juntos. Luego te ofrecieron un contrato de trabajo y ya no me dejaste volver. Me convenciste vernos una vez al mes aquí o en Madrid.
- Yo no te prohibí que vinieras- contesta molesta Julia.
- Bueno Julia, decidiste que “lo mejor era vernos aquí o en Madrid”, que era lo mejor para los dos. Y de verdad Julia, no pasa nada, créeme que lo entiendo. Tampoco sé cómo habría reaccionado si viera a André. En fin, el caso es que Julia si me dejas me voy contigo, en una semana y media, máximo dos podría estar allí. Estar contigo los tres meses que faltan y luego no sé, algo se nos ocurrirá.
- Álex, de verdad, no insistas. Deja las cosas así… No tiene sentido que vengas ahora, cuando quedan tres meses y además es más complejo de lo piensas. En fin, de verdad, ¿no podemos hablarlo la próxima vez?
- ¿La próxima vez? ¿Te refieres a dentro de un mes? No lo entiendo, a quién estás intentando engañar. ¿A mí? ¿A ti?

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